El verano de 2009 me vi inmerso en la preparación de una oposición. En Sevilla hay que presentar un proyecto docente e investigador que no supere las 50 páginas escritas a doble espacio etc. Algún amigo me sugirió que no me olvidase de poner alguna asignatura del nuevo grado de matemáticas así que no pude obviar Bolonia. Puestos manos a la obra decidí, como no, poner alguna cosa general sobre la pedagogía que inunda la Universidad hoy día. Buscando en google de pronto me salió una frase lapidaria: “¿Qué pedagogos éramos cuando no nos preocupábamos de la pedagogía?” Inmediatamente busqué de donde salía esa frase y me encontré con el libro de Pennac. De hecho esa frase es todo el capítulo 5 del libro.
Esta es su contraportada:
Termina el libro con los derechos del lector según Pennac:
Esta es su contraportada:
Esta obra insólita, un auténtico estímulo para la lectura, ha sido uno de los grandes fenómenos de la edición francesa reciente. Pennac, profesor de literatura en un instituto, se propone una tarea tan simple como necesaria en nuestros días: que el adolescente pierda el miedo a la lectura, que lea por placer, que se embarque en un libro como en una aventura personal y libremente elegida. Todo ello escrito como un monólogo desenfadado, de una alegría y entusiasmo contagiosos: "En realidad, no es un libro de reflexión sobre la lectura —dice el autor—, sino una tentativa de reconciliación con el libro".¡Y va de eso! De cómo hacer leer a los "niños". El libro es una tremenda reflexión del autor (que es profesor de instituto de literatura en Francia y por tanto sabe de lo que habla) de por qué los jóvenes no leen y como "ayuda" el ello la escuela y, como no, los pedagogos modernos. Yo me lo leí de un tirón (son 169 páginas no muy grandes) y disfruté como un enano. Hay pasajes cuando habla de su clase del instituto que son para desternillarse de risa.
Este antimanual de literatura concluye con un decálogo no de los deberes, sino de los derechos imprescindibles del lectir (derecho a no terminar un libro, a releer, etc., incluso a no leer).
Termina el libro con los derechos del lector según Pennac:
- El derecho a no leer
- El derecho a saltarse las páginas.
- El derecho a no terminar un libro.
- El derecho a releer.
- El derecho a leer lo que sea.
- El derecho al Bovaryismo (enfermedad textual transmisible).
- El derecho a leer en cualquier sitio.
- El derecho a hojear (los libros).
- El derecho a leer en voz alta.
- El derecho a callarse.
comentados brevemente su significado. Muy recomendable su lectura incluso en en "una tarde no lluviosa". Como dice uno de uno de sus críticos "Como una novela se lee realmente como una novela. Que lo disfrutéis.
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