sábado, 12 de febrero de 2011

Confesiones de un gángster económico, de John Perkins

Supongo que debe de ser fácil escribir un libro sobre la situación económica mundial que sea impactante. Aunque la capacidad que tienen los bancos y las grandes empresas de lucrarse sin escrúpulos no nos asombra demasiado, siempre nos deja ese regustillo amargo que nos recuerda el mundo en el que vivimos. Este libro hace algo parecido, pero con algunas diferencias que para mi gusto lo hacen destacar. Está escrito en primera persona: el propio autor participó en el nuevo colonialismo empresarial estadounidense de finales del siglo XX con un papel importante, y nos cuenta la metodología estándar utilizada para someter a países pobres pero ricos en materias primas a una deuda perpetua, y no solo económica, con los Estados Unidos. Además, la parte central del libro es como una novela que se lee muy fácilmente, y donde cuenta detalles de la historia reciente de Oriente Próximo y América del Sur que nos hacen replantearnos la idea que teníamos de esa parte de la Historia. La caída del Sha de Persia, el proyecto de blanqueo de petrodólares de Arabia Saudí, la "liberación" de Panamá por parte de los Estados Unidos, las negociaciones del canal de Panamá entre Torrijos y Carter, la muerte de Torrijos (Panamá) y de Roldós (Colombia) en la era Bush, la posterior campaña contra Noriega en sustitución de Roldós, el futuro de Venezuela con Chavez... todo está hilado de forma que hace que se remuevan los típicos clichés que podamos tener en la cabeza, y nos cuestionemos qué parte de verdad y de manipulación hay en las noticias que nos llegan de los medios de comunicación en estos asuntos. El libro es de 2004, con lo cual no aparece nada de la reciente crisis financiera. Sin embargo, tras los recientes acontecimientos en Túnez y en Egipto, los temas que trata siguen siendo actuales. Quizá en la parte del final se ponga un poco pesado, volviendo demasiadas veces al tema de la conciencia, de los ideales, etc, pero en general es un libro muy ameno e interesante.

Recomendado.

El siglo de la ciencia, de Javier Sampedro

Es muy difícil escribir divulgación científica. Explicar la ciencia a los no entendidos es, a veces, un ejercicio de imaginación mayor que el de hacer la ciencia en sí. Pero hay dos formas de acometer el problema: la que emplea la tradición anglosajona, que ahonda en un tema, tiene enjundia e interesa incluso al científico (que normalmente es el mayor consumidor de esta literatura), y la periodística, dispersa, amarillista, más interesada en sorprender que en informar. Lamentablemente, este libro pertenece al segundo grupo.

El título, cogido por los pelos, trata de dar una imposible unidad a la dispersión temática que recoge el libro, que va desde la cosmología o la teoría de la relatividad, al genoma, la música o el lenguaje. Y todo eso y más en tan solo 200 páginas. Ya os hacéis una idea de la profundidad con que trata cada tema. En esencia, el libro es un blog con tapas. De hecho, indagando por internet he encontrado viejos blogs de Sampedro con temas muy similares a los que trata en el libro. Cada capítulo es una sucesión de conejos sacados de la chistera. Lees el "¡tachán!" entre líneas a cada paso. Y los apuntes son tan superficiales que más que información lo que sacas, fundamentalmente, son muchas dudas. Eso de los temas que desconoces; en los que conoces encuentras incluso gazapos. Por ejemplo, en el capítulo de cosmología atribuye a Copérnico la idea de que el universo debía ser mayor de lo que se pensaba porque, al girar la Tierra en torno al Sol, no se ve paralaje en las estrellas. En realidad, la idea de que las estrellas son soles, incluso mayores que el nuestro, muy alejados de nosotros, ya la tuvo Aristarco de Samos (a quien menciona como conocedor del sistema heliocéntrico). A alguien como Aristarco, que fue capaz de medir con gran precisión el radio terrestre, no se le pudo pasar por alto la falta de paralaje estelar y deducir de ahí que las estrellas están muy, muy lejos. Incluso correlacionó los tamaños con el brillo que se observa. Esto, por cierto, lo contaba Carl Sagan en Cosmos. Para colmo, el estilillo forzadamente desenfadado y guay que el autor emplea despide un tufo a El País que, personalmente, me resulta molesto.

Tal vez alguien que no tenga ni pajolera idea de qué van estas cosas encuentre el libro entretenido (yo le recomendaría que leyese blogs; los hay con contenidos mucho mejores que los de este libro). Yo no lo recomiendo. A los profanos, porque les puede crear ideas confusas; a los no profanos, porque es demasiado superficial y sacas poca información. Encima, la edición está bastante mal cuidada (ya les vale a los editores: lo poco que hacen lo hacen mal) y falta la bibliografía de dos o tres capítulos.

Tengo otro libro de Sampedro: Decostruyendo a Darwin. Ya veremos.

jueves, 10 de febrero de 2011

Biology's First Law: The Tendency for Diversity & Complexity to Increase in Evolutionary Systems, by Daniel W. McShea and Robert N. Brandon

Para escribir un libro de doscientas páginas a partir de una trivialidad necesitas un filósofo. Y este es el caso. Os voy a contar el libro entero: todo proceso difusivo aumenta su varianza con el tiempo, si nada se lo impide. Fin. ¡Ah! Y ni una puta ecuación. Si no me creéis, mirad simplemente las (pocas) figuras que ilustran el libro (la portada prácticamente lo dice). Como parece imposible poder llenar casi doscientas páginas con esta chorrada lo autores repiten el argumento por activa, por pasiva y por perifrástica ad nauseam. He hecho la proeza de leer las 40 primeras páginas del libro y no he podido más. Cuarenta páginas explicando una y otra vez la misma idea (una idea archiconocida, por otra parte) son insoportables. Un rápido vistazo al resto del libro me ha convencido de que es todo igual. Todo aderezado con ejemplos biológicos (porque supongo que va dirigido a biólogos de la escuela dura, de los que no han estudiado procesos difusivos porque eso es física): que si el registro fósil, que si el arbol de la vida... El título es engañoso a más no poder, pero empiezas a olerte la tostada cuando gastan 5 ó 6 páginas para explicarte que por complejidad y diversidad entienden lo que en estadítica llamamos varianza. Punto.

No tenía previsto hacer entradas en este blog de libros que no he acabado de leer, pero creo que en este caso merece la pena para evitar que otro incauto como yo pique.

martes, 8 de febrero de 2011

Incertidumbre, de David Lindley

Suelo tener por costumbre cambiar el tipo de libros que leo para no cansarme demasiado. Fue así como fui a dar con este libro que describe con pelos y señales el nacimiento de la mecánica cuántica. Está escrito de forma muy amena (se puede leer casi como una novela, aunque para eso me quedo con En busca de Klingsor de Jorge Volpi) y te engancha muy bien. Cuenta muchas historias personales y está muy bien documentado. Leyéndolo descubrí que existe un proyecto conjunto desde los 60 de la American Philosophical Society and the American Physical Society denominado Archive for the History of Quantum Physics donde hay una gran cantidad de material: cartas, entrevistas, etc de los fundadores de la Mecánica Cuántica.

Comienza el libro con el movimiento browniano y va hilando, capítulo tras capítulo, las principales ideas de la teoría cuántica "vieja" y la gestación y nacimiento de la mecánica cuántica. Al final quizá el autor desvaría un poco pero se le puede perdonar pues la lectura no se hace pesada en ningún momento. El libro que ha gustado bastante y os lo recomiendo sin dudarlo.

Hay muchas reseñas más detalladas en la web (basta googlear un poco), no obstante os dejo el texto de la contraportada que retrata muy bien el libro.
En 1927, el joven físico alemán Werner Heisenberg introducía "el principio de incertidumbre", desafiando el paradigma científico imperante desde hacía siglos. A partir de sus propios descubrimientos sobre la teoría cuántica, demostró que, en muchas mediciones físicas, tan sólo se obtenía una porción de información al precio de perder otra. El principio de Heisenberg implicaba que los conceptos científicos no son absolutos, sino que su significado depende de los experimentos realizados para su obtención. De esta manera, se minaba la creencia de que la ciencia podía revelar el mundo físico con una precisión y detalle sin límites, y se ponía en cuestión la postura del reverenciado Albert Einstein. 
Incertidumbre es la crónica del nacimiento y la evolución de uno de los descubrimientos más significativos en la historia de la ciencia moderna y retrata la pugna desatada entre ideas y personalidades contrapuestas. Heisenberg representaba a la nueva generación de físicos que buscaba derrotar las viejas concepciones, gracias a la teoría quántica. Niels Bohr, mentor de Heisenberg, comprendió que su alumno tenía razón, pero que la nueva teoría sólo podría imponerse con la convencida ayuda de su amigo Einstein.
Este libro relata la extraordinaria historia de una asombrosa idea científica que provocó una batalla entre las mayores mentes del siglo XX, y que influyó no sólo en la física, sino en el mundo de la indagación intelectual en general, de la crítica literaria a la antropología, pasando por el periodismo.

lunes, 7 de febrero de 2011

Evolución: la asombrosa historia de una teoría científica, de Edward J. Larson

Empezando con Cuvier, el padre de la Paleontología, el creacionista (en aquella época todos lo eran) que, sin embargo, fue fiel al empirismo hasta el punto de enmendar la plana al Génesis porque éste no cuadraba con lo que veía en el registro fósil, y acabando con Gould, otro paleontólogo, este, en cambio,  que puso en duda la versión neodarwinista que surgió de la denominada síntesis moderna, también porque (decía él) no explica lo que muestra el registro fósil, el autor hace un recorrido por la historia de y alrededor de la teoría evolutiva, contándonos su gestación, los debates que originó y el impacto que tuvo en la ciencia, en la sociedad y en nuestra forma de ver el mundo. El libro resulta fascinante, en parte porque la evolución ejerce aún una fascinación especial, pero en buena medida debido a que toca muchos aspectos distintos de la historia.

domingo, 6 de febrero de 2011

El tiempo mientras tanto, de Carmen Amoraga

La protagonista de esta novela es una mujer en coma por un accidente de tráfico. Desde el principio sabemos que no tiene solución y que se va a morir. Lo sabemos nosotros y lo saben sus padres, que no tienen más hijos. Cada capítulo es una visita que recibe en el hospital: de su madre, de su padre, de su mejor amiga, de la chica cubana que la cuida por las noches... Y visita a visita vamos enterándonos de la historia de su vida y de la de todos los que la rodean. Todas historias tristes; casi todas marcadas por una frustrada historia de amor. Frustrada a la fuerza porque (sobre todo en el caso de las mujeres) una hipertrofia del módulo romántico del cerebro les hace concebir amores ideales que nada tienen que ver con la realidad. Y eso les amarga la vida y amarga la de otros también. A eso hay que añadir algunas desgracias más: la de la cubana, que ha venido a España teniendo que dejar a su hija pequeña con la abuela porque trabaja día y noche y no podría atenderla; la de un senegalés llegado en cayuco que se parte la columna resbalando en un charco en el que un niño había echado aceite... En fin, que parece un guión de película española: maximiza el daño. Soy consciente, tal como lo estoy escribiendo, de que de haberme contado alguien este argumento habría mandado el libro a la papelera de reciclaje sin abrirlo siquiera. Pero decidí leerlo porque es el libro finalista del premio Planeta que ganó Riña de gatos, y pensé yo: "con Mendoza no hay quien pueda, así que este puede ser un libro merecedor del premio". El libro está muy bien escrito, por eso la historia, a todas luces folletinesca, no se hace pesada. Tan solo al final te queda una sensación de que qué sufrimientos más innecesarios los de los protagonistas. No es, desde luego, de lo mejor que he leído últimamente, pero tampoco lo peor. Resulta incluso ameno. A veces tanta desgracia ajena reconforta. Supongo que por eso el cine español tiene incondicionales...