Para escribir un libro de doscientas páginas a partir de una trivialidad necesitas un filósofo. Y este es el caso. Os voy a contar el libro entero: todo proceso difusivo aumenta su varianza con el tiempo, si nada se lo impide. Fin. ¡Ah! Y ni una puta ecuación. Si no me creéis, mirad simplemente las (pocas) figuras que ilustran el libro (la portada prácticamente lo dice). Como parece imposible poder llenar casi doscientas páginas con esta chorrada lo autores repiten el argumento por activa, por pasiva y por perifrástica ad nauseam. He hecho la proeza de leer las 40 primeras páginas del libro y no he podido más. Cuarenta páginas explicando una y otra vez la misma idea (una idea archiconocida, por otra parte) son insoportables. Un rápido vistazo al resto del libro me ha convencido de que es todo igual. Todo aderezado con ejemplos biológicos (porque supongo que va dirigido a biólogos de la escuela dura, de los que no han estudiado procesos difusivos porque eso es física): que si el registro fósil, que si el arbol de la vida... El título es engañoso a más no poder, pero empiezas a olerte la tostada cuando gastan 5 ó 6 páginas para explicarte que por complejidad y diversidad entienden lo que en estadítica llamamos varianza. Punto.
No tenía previsto hacer entradas en este blog de libros que no he acabado de leer, pero creo que en este caso merece la pena para evitar que otro incauto como yo pique.
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