sábado, 27 de diciembre de 2014

Sesenta kilos, de Ramón Palomar

La publicidad anuncia esta novela como una historia al estilo de las películas de Tarantino o Guy Ritchie, pero con «sabor» ibérico. Habréis visto los que seguís el blog que últimamente no llevo una racha muy buena con las lecturas, así que me decidí a probar con ésta, que prometía no ser una lectura sesuda. Y el resultado es que no está mal, pero le falta un hervor. Sí, es verdad que recuerda esas películas; más a las de Guy Ritchie, aunque sólo sea porque como aquéllas, la historia está llena de «pringaos» y perdedores, y porque ingleses y españoles compartimos un gusto parecido por lo cutre. Pero le falta la chispa, el humor negro, los diálogos surrealistas que son la esencia de esas películas (por no hablar del hábil manejo del tiempo, del punto de vista y del ritmo narrativo de que hacen gala Pulp Fiction o Snatch, por nombrar los referentes más claros). Sin esto, no serían más que historias vulgares de gángsteres cutres. Posiblemente si Berlanga y Azcona hubieran decidido hacer una película de este género, habrían dado con el punto justo de gangsterismo ibérico y su historia podría compararse con aquéllas. Pero esta novela, a mi juicio, no llega.

jueves, 25 de diciembre de 2014

Invernáculo, de Brian W. Aldiss

Este es un libro cuyo argumento prometía. En un futuro muy remoto la Tierra ha sincronizado su rotación con su traslación, con lo que tiene una cara siempre iluminada y otra cara siempre en la oscuridad. Además, el Sol, a punto de convertirse en gigante roja, ha aumentado su radiación hasta niveles letales. Ese mundo extremo está dominado por los únicos seres a quienes el exceso de radiación beneficia: las plantas. La cara luminosa se ha convertido en una densa jungla llena de toda clase de entes vegetales, en cuya umbría habitan los muy disminuidos animales y seres humanos, ahora presas fáciles de sus verdes depredadores. Durante una buena parte del libro Aldiss se dedica a explorar este extraño ecosistema. No diría yo que es un modelo de rigor científico, pero pasando por alto algún exceso el resultado es bastante interesante. Con la tecnología actual, se podría hacer una buena película sobre esta idea.

martes, 16 de diciembre de 2014

Los perros del Paraíso, de Abel Posse

Dice Carlos Fuentes que Europa no descubrió América sino que la inventó. Nunca he leído un comentario que revele con más claidad el espíritu de aquella época. A la fascinación de un mundo nuevo, tan diferente del conocido, tan extremo en clima, flora, fauna, tan marciano en la cultura de sus indígenas (extrema a su vez), se le unió el ansia de encontrar un Paraíso en la Tierra. Así lo reflejan tanto las crónicas de las conquistas como los espejismos que las impulsaron (Eldorado, las fuentes de la juventud...). A poco que uno se descuide, las hazañas de los conquistadores se ajustan más al canon del mito que al relato de hechos verídicos.

sábado, 6 de diciembre de 2014

La música del silencio, de Patrick Rothfuss

¿Debe un escritor publicar todo lo que escribe? Nunca he escrito literatura, pero sí muchos artículos científicos. Si se parecen en algo los dos procesos, entonces la respuesta es NO. La imagen transmitida por el cine hasta la saciedad del escritor que se sienta ante una máquina de escribir con una pila de papel blanco a su izquierda, que introduce una hoja en la máquina y teclea el título, y que introduce la siguiente y empieza a teclear diciendo en voz alta «Capítulo 1. Mike se despertó en el suelo aún dolorido del golpe...», y que tras un fundido a negro se le vuelve a ver tecleando «F I N», sacando la hoja y apilándola en un grueso montón, bien cuadrado, a su derecha, para a continuación estirarse con cara de satisfacción, esa imagen, digo, es una soberbia gilipollez. El proceso de escritura (desde luego de un artículo científico, pero también, estoy seguro, de una novela o un relato... de esta entrada de blog incluso) es mucho más tortuoso. Ni siquiera se empieza por el principio necesariamente, y por supuesto las correcciones, reescrituras y reorganizaciones completas del texto son constantes. Y algo más: mucho de lo que se escribe no sirve para enviarse a publicar. Desde luego yo he escrito mucho más de lo que he publicado. Casi continuamente me hago notas de las ideas que voy teniendo, notas muy elaboradas, muchas de ellas muy interesantes —que podrían publicarse incluso—, pero cuyo único fin es ayudarme a pensar y organizar mis ideas. Con mucha frecuencia poco o nada de ellas va a parar a un artículo y acaba en prensa.

miércoles, 3 de diciembre de 2014

La salvación de una santa, de Keigo Higashino

Vuelvo a La Cuesta después de un largo período con una breve reseña de esta novela de Keigo Higashino. Su autor es un reconocido y premiado escritor japonés de novela negra. Hace unos años leí otra de sus novelas, La devoción del sospechoso X, que me gustó mucho y que ya reseñé aquí por lo que, de vuelta a la novela políciaca, decidí leer otra de sus obras. Ante todo su contraportada, que nos explica muy bien de lo que va la historia esta vez: