Esta novela es la historia, novelada, del genial matemático indio
Srinivasa Ramanujan. La historia de Ramanujan es muy peculiar. Miembro de una casta
alta en la India, era sin embargo tremendamente pobre. Tuvo una
educación escolar mínima en particular en gran parte debida a que
no era capaz de prestar atención a los rollos que le contaban en la
escuela ya que su mente surcaba los mares de los números y sus
propiedades desde su más tierna edad y eso, en una educación
reglada y conservadora de su época (finales del siglo XIX y
principios del XX) era inconcebible. Fue así como terminó de
contable en el puerto de Madrás. Como era una mente incansable,
pilló uno de los libros de texto de matemáticas más populares de la
época A synopsis of elementary results in pure mathematics:
containing propositions, formulæ, and methods of analysis, with
abridged demonstrations, de G.S. Carr, y se puso a estudiar por su
cuenta las matemáticas ajeno a lo que se cocía en las grandes
universidades europeas (en aquellos tiempos todavía los USA no
pintaban mucho en ciencia). No debía de estar tan al margen del mundo
pues escribió, que se sepa, al menos a tres grandes matemáticos de
la época enviándoles sus hallazgos y pidiéndoles ayuda para poder
dedicarse a las Matemáticas.
Es justo aquí cuando empieza la novela que traigo a “la cuesta”
esta vez. Hardy, uno de los matemáticos más conocidos (el quinto
mejor matemático de su época según sus propias palabras) recibe la
carta de Ramanujan y alucina en colores (Hardy fue el tercer
matemático al que Ramanujan escribe, los otros dos pasaron de él
por completo). A priori le parece una tomadura de pelo pues muchos de
los resultados son más que conocidos aunque, en algunos casos, la
forma en que están escritos es tremendamente original. Otros
resultados son incompresibles ¿de dónde salían las fórmulas y las identidades que involucraban a series numéricas tan raras y de las que
no había ni un indicio de cómo las había obtenido? Hardy está a punto de
tirar todo a la basura (como los otros dos matemáticos antes que él)
pero algo le dice que no lo haga. ¿Intuición?, ¿casualidad? Así que
decide mostrarle la carta a su amigo y colaborador Littlewood (¿qué
matemático o aficionado a las matemáticas que se precie no ha oído
o estudiado los resultados de Hardy-Littlewood?) y entre ambos
deciden que están ante un genio de las Matemáticas. Ante el hombre
que va a demostrar a hipótesis de Riemman sobre los números primos. Hay que
traerlo a Inglaterra como sea.
Así, pues, arranca la historia de cómo consigue llegar Ramanujan a
Inglaterra, de sus rarezas entre la que destaca su explicación de
que muchas de sus fórmulas y series las ha visto en los sueños
proporcionados por la diosa Namagiri, protectora de su familia y de
él en especial, de sus desdichas y de su relación con su valedor y
protector Hardy.
Pero la novela no sólo va de esas “aburridas matemáticas”.
El autor nos relata la vida provinciana de Londres y sus alrededores
de aquella época, las maquinaciones de muchos profesores en la
universidad (en este caso el Trinity College) y en particular se
explaya escribiendo sobre la homosexualidad en los ámbitos
académicos. En esta parte se pasa un poco en sus especulaciones
contando las aventuras homosexuales de Hardy (las cuales, cómo él
mismo explica en el ápendice son totalmente inventadas, no así su
condición de homosexual) y que ha llevado a más de un colega mío a
“criticar” la obra en ese sentido. También en la novela cuenta con cierto detalle cómo se vivió la I Guerra Mundial en Londres y en especial en
los círculos intelectuales (en particular las broncas de Bertrand Russell, que le costaron su expulsión del Trinity College por pacifista). Si bien los protagonistas del libro son esencialmente Ramanuja, Hardy y Littlewood, también hay suculentas historias de
muchos de sus colegas: Bertrand Russel, John Maynard Keynes, G. E.
Moore, Eric Neville, A. N. Whitehead, entre otros.
Concluyendo, el libro está muy bien escrito y, si bien está
basado en la vida de Ramanujan en Inglaterra durante los años
(1914-1919), está aderezado de
muchísimas historias inventadas, aunque descriptivas, de la
vida londinense, la visión de la homosexualidad, la I Guerra Mundial, etc., que le dan un
mejor sabor. Afortunadamente el autor nos aclara en un apéndice
cuáles de dichas historias son inventadas o noveladas parcial o completamente. En
conclusión es un magnífico libro para leer y disfrutar un rato e
imprescindible si, de algún modo, las Matemáticas te son cercanas.
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