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sábado, 3 de noviembre de 2012

A la caza del carnero salvaje, por Haruki Murakami

Este es el tercer libro que me leo de Murakami. Como ya dije en mis dos reseñas anteriores, me gusta Murakami. Tiene una forma de escribir peculiar y las historias son raras donde las haya. Buscando por internet, a esta novela la ponían muy bien y decidí leerla. Su argumento ya es algo rarillo:
Su contraportada: Un desencantado treintañero, superviviente de su propia juventud, tiene con un socio más o menos alcohólico una pequeña agencia de publicidad y traducciones. En una de sus campañas publicitarias ha publicado una fotografía que lo pondrá en el punto de mira de un poderosísimo grupo industrial, verdadero imperio económico y también político. Y a partir de aquí, se verá lanzado a una ardua investigación, digna de las mejores novelas policíacas americanas: antes de un mes debe encontrar el lugar donde fue hecha la fotografía y el animal que aparece en ella. Si no lo hace le convertirán en un paria en su propia sociedad. El lector, junto con el protagonista, se internará en esta búsqueda del carnero mítico que, cuando es mirado por alguien a quien él elige, posee al espectador. Un carnero que –dice la leyenda– se apoderó de Gengis Khan y que tal vez no sea más que la encarnación del poder absoluto.

lunes, 8 de octubre de 2012

De qué hablo cuando hablo de correr, por Haruki Murakami

Con en buen sabor de boca que me dejó 1Q84, decidí pillar otro de Murakami. Entonces recordé que hace poco había oído hablar de un libro de un novelista japonés que iba de correr carreras de larga distancia. Dado que desde hace tiempo quería leer el Nacidos para correr que reseñó aquí Susanna, opté por mirar si Murakami era el escritor de ese libro sobre el correr y para suerte mía así era.

Ya el comienzo es bueno. Escribe Murakami:
La existencia de una máxima que dice que un auténtico caballero nunca habla de las damas con las que ha roto, ni de los impuestos que ha pagado es..., es una mentira como una catedral. De hecho, acabo de inventármela. Disculpen. Pero, si de veras existiera una máxima como ésta, tal vez otra de las condiciones para ser un auténtico caballero sería la de no hablar nunca de los métodos que utiliza para conservar su salud. En efecto, los caballeros de verdad no suelen prodigar charlas en público sobre este tema. Al menos así me lo parece a mí.

1Q84, de Haruki Murakami

Mi descubrimiento esta primavera/verano han sido los novelistas asiáticos y en especial japoneses. Despúes de leer La devoción del sospechoso X decidí arriesgar y leer a Murakami. Del autor había escuchado mucho y parecía prometedor (montón de premios, eterno candidato al nobel, etc.) así que me decidí por este libro que tenía en versión electrónica desde hace un tiempo. No sabía ni de qué iba el libro, pero lo tenía catalogado en el kindle como policíaco-suspense así que me dije: vacaciones en la playa… tocho para el cuerpo. El libro está dividido en tres libros (de eso me enteré más tarde y me agencié rápidamente el libro 3) y son unas pocas de páginas, unas 1150 en total (740 + 410).