Después de
leer Los códigos secretos, de Simon Singh (y que ya reseñé aquí) donde mencionan la
película Enigma, de
Michael Apted, peli que me había gustado
mucho, recordé que se basaba en un libro que
resultó ser de Robert Harris, autor del que he leído varias
novelas (que he reseñado en este blog), y que en general me gusta bastante, así que pillé la novela
y me la leí. La historia, por si no la conocéis, es la siguiente:
Casi medio centenar de submarinos alemanes convergen sigilosamente hacia los convoyes aliados en las gélidas aguas del Atlántico Norte. Los expertos británicos en el desciframiento de códigos sólo disponen de tres días para hallar la clave que les permita localizar su posición, y para ello deben enfrentarse a la máquina de cifrar mensajes más sofisticada del mundo: Enigma. Del éxito de su tarea dependen diez mil vidas humanas y un millón de toneladas de equipamiento militar....
Efectivamente, se trata de Enigma, la máquina de encriptación
más famosa del mundo, gracias a su uso por los nazis en la Segunda
Guerra Mundial. Lo que no cuenta la sinopsis (sacada de La Casa del Libro) es que la historia es, en realidad, la búsqueda de Tom Jericho,
brillante matemático de Cambridge, de su amiga y amante Claire, una
simple secretaria en el famoso Bletchley Park, instalación de
inteligencia británica donde se intentaba (y de hecho se consiguió)
descifrar los códigos secretos alemanes encriptados con la máquina
Enigma.
La novela es fantástica, mantiene en todo momento
la tensión y, aunque el hilo conductor es la búsqueda de Claire,
que ha desaparecido, en realidad Harris nos cuenta en día a día de
los que trabajaban en Bletchley Park, las tensiones entre los
aliados (en este caso USA y Gran Bretaña) por controlar la
información, la tensión por volver a descifrar el código alemán
en medio de la Guerra y cuando está en juego la supervivencia del
Reino Unido, pues el cambio ocurre justo cuando varios convoyes de
barcos con ayuda estratégica de todo tipo están de camino desde
Estados Unidos y se encuentran en medio del Atlántico Norte. En ese
escenario nuestro protagonista intenta encontrar a su amiga Claire
que ha desaparecido. Además todo apunta a que hay un topo en las
instalaciones y claro, un candidato obvio, por las cosas que hace, es
el propio Tom. El ritmo de la novela es genial, te mantiene pegado al
libro sin descanso. Los personajes son muy buenos, sospechas de casi
todos, pero especialmente de Claire. Por suerte para Tom, una amiga de
esta, Hester Wallace, decide ayudarle. No desvelaré lo que
encuentran ni lo que hacen, lo dejo al lector, pero en el libro nada
es lo que parece, hay más de un giro inesperado y un final más que
digno. He de decir que en este caso se cumple la máxima de que el
libro es mucho mejor que la peli (y eso que la peli es buena), tal y
como cantan los Axis of Awesome en su magnífico clip sobre Juego de Tronos. A disfrutarla.
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