La historia de las lenguas es fascinante, tanto como lo es cualquier historia evolutiva. A lo largo de los siglos las ves «especiarse» de una lengua madre, adquirir «genes» de otras lenguas, reajustarse para acomodar todos esos componentes híbridos y cambiar para adaptarse a los nuevos tiempos (los nuevos «ambientes»). La transformación es lenta, gradual, imperceptible para sus hablantes, y sin embargo la evolución es, a menudo, dramática. La maravillosa historia del español es la historia de una lengua que nació del latín hibridándose con lenguas locales cercanas al vasco, que adquirió elementos ajenos (godos y árabes principalmente) por coexistencia, que viajó a América donde se «indianizó» y que en los últimos tiempos vive también en el ciberespacio, adquiriendo barbarismos técnicos día sí día también.
El autor es un cátedro de Lengua Española de la Universidad de Alcalá, exdirector académico del Instituto Cervantes y actual director ejecutivo del mismo en Harvard. Y un gran narrador, por añadidura, que ha escrito una amena historia de la lengua que nació en Castilla y que hoy día es la segunda más hablada del mundo. A diferencia de otros libros parecidos, este no cae en chauvinismos baratos, ni enmienda la plana a sus hablantes. Antes al contrario, tiene vocación compiladora, y así recoge distintas formas de hablar, o modismos muy recientes, sin emitir juicios de valor en uno u otro sentido. Francisco Moreno entiende el espíritu cambiante que anima las lenguas (cualquier lengua) y no se rasga las vestiduras ante las continuas discrepancias con el canon. Al fin y al cabo, el castellano fue durante mucho tiempo una «corrupción» del latín.
El libro tiene una estructura curiosa. Está dividido en capítulos según las distintas etapas históricas que atravesó el español, pero al terminar cada capítulo hay dos añadidos: en uno recoge una breve biografía de algún personaje relevante al tema que se ha discutido; en el otro relata con detalle la historia (siempre curiosa) de alguna palabra. En particular, estos últimos incisos son tan fascinantes que dejan con ganas de más. De hecho, pienso que se podría escribir un fantástico libro de divulgación simplemente haciendo un anecdotario de palabras.
El libro es muy recomendable, muy ameno de leer y está lleno de sorpresas. Por ejemplo, yo no sabía que el castellano fue la lingua franca del mundo occidental durante el siglo XVI. Por contra, se echa de menos (al menos yo lo hecho de menos) algo más de detalle sobre el surgimiento de la nueva lengua; en concreto sobre la manera en que el latín se corrompe y cómo influyen las lenguas autóctonas en esa corrupción. Pero supongo que son demasiadas honduras para un libro con aspiración de ser divulgativo. En cualquier caso, «dinero bien gastado».
El autor es un cátedro de Lengua Española de la Universidad de Alcalá, exdirector académico del Instituto Cervantes y actual director ejecutivo del mismo en Harvard. Y un gran narrador, por añadidura, que ha escrito una amena historia de la lengua que nació en Castilla y que hoy día es la segunda más hablada del mundo. A diferencia de otros libros parecidos, este no cae en chauvinismos baratos, ni enmienda la plana a sus hablantes. Antes al contrario, tiene vocación compiladora, y así recoge distintas formas de hablar, o modismos muy recientes, sin emitir juicios de valor en uno u otro sentido. Francisco Moreno entiende el espíritu cambiante que anima las lenguas (cualquier lengua) y no se rasga las vestiduras ante las continuas discrepancias con el canon. Al fin y al cabo, el castellano fue durante mucho tiempo una «corrupción» del latín.
El libro tiene una estructura curiosa. Está dividido en capítulos según las distintas etapas históricas que atravesó el español, pero al terminar cada capítulo hay dos añadidos: en uno recoge una breve biografía de algún personaje relevante al tema que se ha discutido; en el otro relata con detalle la historia (siempre curiosa) de alguna palabra. En particular, estos últimos incisos son tan fascinantes que dejan con ganas de más. De hecho, pienso que se podría escribir un fantástico libro de divulgación simplemente haciendo un anecdotario de palabras.
El libro es muy recomendable, muy ameno de leer y está lleno de sorpresas. Por ejemplo, yo no sabía que el castellano fue la lingua franca del mundo occidental durante el siglo XVI. Por contra, se echa de menos (al menos yo lo hecho de menos) algo más de detalle sobre el surgimiento de la nueva lengua; en concreto sobre la manera en que el latín se corrompe y cómo influyen las lenguas autóctonas en esa corrupción. Pero supongo que son demasiadas honduras para un libro con aspiración de ser divulgativo. En cualquier caso, «dinero bien gastado».
No hay comentarios:
Publicar un comentario