Robert M. Sapolsky es catedrático de biología y neurología en Stanford. Además de dedicarse a la investigación practica la divulgación y ha escrito varios libros. Hace ya bastantes años leí "¿Por qué las cebras no tienen úlcera?", un texto sobre las interacciones entre las emociones y la salud, diría que relativamente pionero en el campo. En "El mono enamorado", Sapolsky recopila una colección de artículos sobre nuestra naturaleza animal. Los breves ensayos están organizados en tres partes: (i) Los genes y quiénes somos, (ii) Nuestros cuerpos y quiénes somos y (iii) La sociedad y quiénes somos.
En la primera parte se ocupa de varios ejemplos que ilustran la relación entre genes y el individuo que generan (entre genotipo y fenotipo, vamos), incluyendo la (percepción de la) belleza, el envejecimiento, el papel de ambiente en los individuos y la relación entre los sexos. He encontrado algún argumento interesante sobre el perenne debate entre naturaleza y crianza y sobre los aspectos no adaptativos de la selección sexual, pero por lo general no he descubierto nada nuevo.
En la segunda parte encontramos una serie de ensayos sobre cómo nos afectan las emociones, sobre cómo son las interacciones entre el cerebro y el resto del cuerpo. Entre otros, aparece el siempre fascinante caso de los parásitos cerebrales (virus por lo general) capaces de controlar el comportamiento del organismo infectado. El estrés, los sueños, los estados químicos inducidos por el mal humor, la incertidumbre y el síndrome de Munchausen son temas tratados.
En la tercera parte se nos analiza como los seres sociales que somos, inseparables de ese contexto. Distintas culturas, distintos climas y distintas historias afectan nuestra biología. Un artículo interesante (quizá por ser un tema que he visto menos tratado) es el que discute la relación entre nivel socio-económico y salud, para concluir que la relación no es nada obvia. En otro de los ensayos, un tanto osado en los tiempos de corrección política que corren, relaciona clima y cultura: las culturas del desierto son monoteístas, las de las selvas politeístas; las primeras establecen estrictas jerarquías y están más militarizadas, son más propensas a creer en la inferioridad de la mujer... y han exportado su cultura a todos los rincones del planeta.
Este libro no es más que una introducción somera a los aspectos biológicos de la naturaleza humana. Los textos son notablemente introductorios a cada problema, están trufados de anécdotas y ensayan el humor con distintos grados de éxito. Requieren poco esfuerzo de parte del lector, así que no recomendaría esta obra de Sapolsky a quienes ya hayan leído libros de mayor calado sobre el particular (o los distintos particulares). En la parte positiva destaco la bibliografía técnica y divulgativa, bien escogida, que hay al final de cada ensayo. Me parece que puede ser un buen regalo para personas curiosas sin formación específica, para quienes cada relato podría encerrar una sorpresa. Para mí ya no era la primera vez.
En la primera parte se ocupa de varios ejemplos que ilustran la relación entre genes y el individuo que generan (entre genotipo y fenotipo, vamos), incluyendo la (percepción de la) belleza, el envejecimiento, el papel de ambiente en los individuos y la relación entre los sexos. He encontrado algún argumento interesante sobre el perenne debate entre naturaleza y crianza y sobre los aspectos no adaptativos de la selección sexual, pero por lo general no he descubierto nada nuevo.
En la segunda parte encontramos una serie de ensayos sobre cómo nos afectan las emociones, sobre cómo son las interacciones entre el cerebro y el resto del cuerpo. Entre otros, aparece el siempre fascinante caso de los parásitos cerebrales (virus por lo general) capaces de controlar el comportamiento del organismo infectado. El estrés, los sueños, los estados químicos inducidos por el mal humor, la incertidumbre y el síndrome de Munchausen son temas tratados.
En la tercera parte se nos analiza como los seres sociales que somos, inseparables de ese contexto. Distintas culturas, distintos climas y distintas historias afectan nuestra biología. Un artículo interesante (quizá por ser un tema que he visto menos tratado) es el que discute la relación entre nivel socio-económico y salud, para concluir que la relación no es nada obvia. En otro de los ensayos, un tanto osado en los tiempos de corrección política que corren, relaciona clima y cultura: las culturas del desierto son monoteístas, las de las selvas politeístas; las primeras establecen estrictas jerarquías y están más militarizadas, son más propensas a creer en la inferioridad de la mujer... y han exportado su cultura a todos los rincones del planeta.
Este libro no es más que una introducción somera a los aspectos biológicos de la naturaleza humana. Los textos son notablemente introductorios a cada problema, están trufados de anécdotas y ensayan el humor con distintos grados de éxito. Requieren poco esfuerzo de parte del lector, así que no recomendaría esta obra de Sapolsky a quienes ya hayan leído libros de mayor calado sobre el particular (o los distintos particulares). En la parte positiva destaco la bibliografía técnica y divulgativa, bien escogida, que hay al final de cada ensayo. Me parece que puede ser un buen regalo para personas curiosas sin formación específica, para quienes cada relato podría encerrar una sorpresa. Para mí ya no era la primera vez.
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