He leído y reseñado varios libros de Robert Harris en este blog, así que cuando cayó en mis manos su última novela no pude resistirme. El índice del miedo va sobre el mundo financiero y en particular sobre las empresas que trabajan los fondos de inversión libre (en inglés: hedge fund, «fondo de cobertura»), término que desconocía. También hace muy buen uso de la crisis en que estamos sumergidos.
El comienzo del libro es prometedor: el
principal protagonista, Alex Hoffman, es un físico americano genial
que trabajó en el CERN pero que lo dejó para irse por su cuenta a
trabajar en un algoritmo automático que aprendiera solo (vamos
inteligencia artificial). El libro comienza con Alex leyendo por la
noche en su casa en Ginebra una primera edición de La expresión
de las emociones en el hombre y en los animales, de Charles Darwin.
El libro lo había recibido en su casa marcado por la página
dedicadas a la emoción de miedo. Horas mas tarde alguien intenta
asesinarle en su propia casa… y a partir de ahí el ritmo es
trepidante. Alguien parece saber todos y cada uno de sus movimientos
y los va usando para volverle loco. No voy a contar más pues os
podría estropear el suspense. El libro es correcto, como todo lo que
he leído de Harris, pero a partir de cierto momento se hace muy
predecible. Toda la tensión se pierde y se disuelve por completo.
Creo que Harris escribió el libro presionado por sus editores, pues
desde mi punto de vista no está a la altura de los otros que he
leído. No obstante dentro de la media que suele rondar el escaparate
de las novedades no está mal. Os dejo con su contra portada:
Alguien trata de destruirlo. Y él debe descubrir quién y por qué antes de que sea demasiado tarde. Su nombre es desconocido para el gran público. Pero en el exclusivo círculo de las grandes fortunas el doctor Alexander Hoffmann es una leyenda. Lleva años multiplicando el dinero de sus clientes gracias a un poderoso software que convierte en oro todo lo que toca. En los mercados financieros, las emociones humanas desempeñas un papel decisivo, y Alex ha creado un revolucionario sistema de inteligencia artificial que se alimenta del miedo de los inversores para predecir los movimientos y ganar dinero. Mucho dinero. Una tarde, al regresar a su mansión de Ginebra junto a su esposa, Alex descubre un paquete sorpresa con una primera edición de La expresión de las emociones en los animales y en el hombre, de Darwin. No sabe quién se la ha enviado y tampoco le da demasiada importancia, aunque se sorprende al ver marcado un capítulo sobre el miedo. Pero cuando horas más tarde, durante la noche, Alex se levanta ensangrentado en la cocina de su casa después de que un intruso lo deje inconsciente, entiende que su vida corre peligro. Así comienzan veinticuatro horas de violencia y paranoia en las que él, cada vez más desesperado, tratará de descubrir quién intenta destruirlo. Porque en el ocaso de ese día fatídico, los mercados financieros enloquecen y su mundo, que es también el nuestro, puede transformarse de manera trágica para siempre.
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