Este es el segundo libro que leo de Qiu
Xiaolong y es la continuación de su opera prima Muerte de una heroína roja. Sus personales principales vuelven a ser el
inspector jefe Chao y su ayudante el inspector Yen. Esta vez se trata
de un caso internacional relacionado con el tráfico de personas. No
pondré, como suelo hacer, su contraportada pues no es correcta. De
hecho está escrito allí que “En esta ocasión, Chen ha de
investigar la misteriosa desaparición de la bailarina Wen Liping
durante su regreso a China desde Estados Unidos” cuando en
realidad es todo lo contrario. Wen Liping, que no es ninguna
bailarina, sino una pobre obrera que vive en un pueblo perdido cerca
de Shanghai, desaparece después de una llamada telefónica de su
marido, que está en Estados Unidos. De hecho su marido Feng Dexiang,
un antiguo dirigente del partido en dicho pueblo, es un delincuente
relacionado con el tráfico de personas a los Estados Unidos. Allí
es pillado y hace un trato con las autoridades estadounidenses para
declarar contra el todopoderoso jefe de una tríada china encargada
del tráfico de chinos a los EE.UU. Aparte de impunidad etc. el
marido pide que traigan a su esposa embarazada de 3 meses. Es decir que la chica desaparece antes de ir a EE.UU.
El libro comienza con el inspector jefe
Chen paseando en dirección al parque del Bund (el parque emblemático
de Shanghai) cuando un vigilante del parque le aborda y le lleva a
ver un cuerpo destrozado en un rincón del parque. Cuando regresa a
comisaría se encuentra con que el Secretario del Partido le está
esperando para asignarle otro caso de relevancia política: tiene que
colaborar con la Inspectora Catherine Rhon,
representante del Servicio de Agentes de Policía del Departamento de
Justicia de EE.UU., que viene para escoltar a Wen Liping en su viaje
a los EE.UU., pero, y aquí viene la historia, la mujer ha
desaparecido.
Chen intenta escaquearse pues está
harto de que lo usen para esos casos pero no hay manera. Encima la
inspectora Rhon es joven y guapa, pero cuando el Partido llama a tu puerta no es
fácil escaquearse. Encima un ministro de Beijing le llama a su casa
para explicarle lo mucho que confían en él.
Con estos precedente Qiu Xiaolong nos
describe otra vez las peripecias de Chen y Yu, este último tiene que
investigar en Fujian, el pueblo donde vivía Wen Liping. Al comenzar
a investigar descubren que las tríadas están detrás de todo. Hay
intentos de asesinar a Yu e incluso a la americana. Chen tiene que
usar métodos poco ortodoxos que hacen que “asuntos internos” se
dedique a espiarle (en realidad el propio ministro le alerta del
peligro de su misión, y no por los mafiosos chinos, sino más bien
por los mafiosos del gobierno). Otra vez, como en su primer libro, el
autor nos narra muchos de los cambios políticos de China y esta vez
ahonda un poco en las consecuencias de la Revolución Cultural (sin
pasarse mucho, en mi opinión).
Al igual que en Muerte de una
heroína roja el libro es ameno, los personajes son creíbles y
la historia, aunque algo más floja que su predecesora, está bien
hilada y con un final razonable.
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