viernes, 19 de abril de 2013

Obras completas (y otros relatos), de Augusto Monterroso

Hoy traigo un clásico, Augusto Monterroso, del que yo no había leído nada. Bueno, nada no, lo que todos: el que durante mucho tiempo fue considerado el relato más corto en lengua castellana y que forma parte de este libro: El dinosaurio, cuyo texto íntegro es: «Cuando despertó, el dinosaurio todavía estaba allí.» Grande, para ser tan pequeño. Tiene de todo: tensión, giro de guión, suspense, final abierto... Más aún: si sabes —como yo he averiguado hace poco— que en México se llama “dinosaurios” a los políticos del PRI (el Partido Revolucionario Institucional, olé el oxímoron), el cuento tiene hasta crítica política. ¿Se puede contar más en siete palabras? (Tiene su punto el microrrelato. Circula por ahí una antología. Igual me animo.)

Tal vez El dinosaurio resuma mejor que nada el estilo de Monterroso. No es que sólo escriba microrrelatos —el libro tiene cuentos cortos y largos—, pero sí que sus cuentos contienen humor, mucha ironía y crítica política. Y, como no, casi todos tienen ese quiebro final que es la sal y pimienta del relato corto. El propio título del libro es un toque de humor porque juega con el lector. ¿No choca leer Obras completas (y otros relatos)? Si son las obras completas, ¿qué significa “y otros relatos”? Pues eso, que Obras completas es el título de uno de los cuentos de la colección, el último.

Su estilo es muy sencillo y directo. Nada de florituras ni retruécanos. Por eso asombra aún más que al terminar muchos de sus cuentos los tengas que repensar para que no se te pase por alto el “recao”. Francamente buenos. Lo recomiendo.

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